Obra comisionada por la Bienal de Helsinki

Desde niña he sentido espíritus y me los han curado con una tradición familiar llamada mal aire, basada en esta experiencia decidí aprender sobre los espíritus y las culturas, y en la de Ecuador y de Finlandia como en varias partes del mundo existe la creencia de los espíritus pero con variaciones en sus cosmovisiones dependiendo del lugar. Basada en mi experiencia mas los conocimientos adquiridos decidí realizar esta obra.

La obra consistió en escuchar los sonidos no humanos y sus espíritus de la isla Vallisaari en Helsinki, Finlandia y cantar sus melodías, ser como un medio para dar voz a sus cantos. Durante varios días escuche los sonidos de plantas, arboles, mar, insectos, animales, piedras, un sin número de sonidos no humanos y sus espíritus. Luego los transcribí a partitura par ser interpretados por mi voz. Una performance en la que siento con mi cuerpo los sonidos para luego interpretarlos. Y posteriormente a la acción en vivo mi voz se queda en la isla al unisonó con los sonidos escuchados.

El proyecto da protagonismo a lo no humano en nuestras vidas. Siento, escucho y transmito. La naturaleza siente y nos canta sensibilizando nuestros sentidos no solo visuales sino también auditivos además de otros sentidos. Vallisaari es un organismo vivo al que en la performance soy un medio para darle voz.